jueves, 24 de noviembre de 2011

¿Por qué no militás en el PTS? ¿Por qué no militás en el trotskismo?

Reproducimos muy buena nota de la Revista n° 1 de la juventud del PTS ...


En esta sección te vamos a contar un poco de la historia y las luchas de uno de los más grandes revolucionarios del siglo XX, de esos que sí o sí tenés que conocer: León Trotsky. Y te vamos a proponer que milites en el trotskismo, porque la crisis mundial se nos viene encima y hay que dar respuesta.
Quizás conozcas a Trotsky porque junto con Lenin dirigió la Revolución Rusa de 1917. Era una época de guerras mundiales, crisis económicas como la de 1929 y fenómenos aberrantes como el nazismo. Pero también de revoluciones que intentaron dar respuesta a esa barbarie capitalista e iniciar la construcción de un nuevo tipo de sociedad, sin explotadores ni explotados.
Trotsky fue un gran protagonista de esa época, y nos dejó valiosas lecciones, que no son para los libros de historia, sino que se vuelven indispensables y urgentes hoy que el capitalismo mundial, una vez más, está atravesando una crisis histórica. Tenemos que conocer esas lecciones si no queremos empezar siempre desde cero como quieren los capitalistas, que quieren que los explotados y los oprimidos no conozcamos que tenemos una gran historia de lucha. Tenemos que aprender de las batallas pasadas para triunfar en las que se nos vienen encima.
Los capitalistas ya comenzaron a descargar la crisis sobre nosotros, dejando millones de trabajadores desocupados en todo el mundo. Pero también ha comenzado a sentirse la respuesta, como te mostramos en otras páginas de esta misma revista. También en Argentina, y contra todo el verso que dijo en la campaña electoral, Cristina está comenzando a ajustar, porque de a poco se empiezan a sentir acá los efectos de la crisis internacional. En los próximos años estará en juego si el capitalismo nos lleva hacia más barbarie, o si la salida la damos los trabajadores y los pueblos del mundo. Son ellos o nosotros. Por eso nos tenemos que preparar para luchar, pero también necesitamos una estrategia para vencer. Por eso esta vez te decimos ¿por qué no militás… en el trotskismo? Pasá y fijáte.

Trotsky y la revolución

Para Trotsky la revolución era ante todo “la irrupción violenta de las masas en el gobierno de su propio destino”. Que los explotados y los oprimidos tomáramos en nuestras manos el curso de la historia, para acabar con este sistema de explotación del hombre por el hombre, iniciando el camino de la construcción de una nueva sociedad.

Por una nueva sociedad socialista

Trotsky fue dirigente junto con Lenin de la Revolución Rusa de 1917. Esa revolución implicó el comienzo de una gran transformación social. La tierra fue tomada por los campesinos y arrancada a los terratenientes, se firmó una paz democrática y sin anexiones para terminar con la matanza de la Primera Guerra Mundial, y los soviets (consejos obreros) se hicieron del poder. Pero era sólo el comienzo. El nuevo Estado obrero asumió el rol de la planificación socialista de la economía, que pocas décadas después (incluso a pesar del stalinismo), transformaría a este país atrasado en uno industrializado y urbano, demostrando así la superioridad de la economía nacionalizada por sobre la anarquía capitalista. Todos los aspectos de la vida cotidiana, de la cultura, de la enseñanza, comenzaron a ser subvertidos. En las fábricas, los consejos obreros implementaron la administración obrera de la producción. Las obras de arte privadas se ofrecieron al público, al igual que el cine. Un nuevo sistema de enseñanza y cultura fue puesto en marcha con el objetivo de llegar a toda la población, en gran parte analfabeta. En la vida cotidiana, las mujeres consiguieron grandes avances como el derecho al aborto, al divorcio, a la participación política. La homosexualidad dejó de ser considerada una enfermedad, y fue despenalizada. Una colosal revolución se había puesto en marcha, una nueva experiencia en la historia de la humanidad.

El dirigente de los Soviets

Trotsky participó en las revoluciones rusas de 1905 (derrotada) y en la de 1917 (triunfante). En ambas, fue elegido Presidente del Soviet de la ciudad de Petrogrado. El Soviet era un consejo de delegados obreros y campesinos. En 1917 se extendieron a toda Rusia. Decenas de miles de delegados obreros, campesinos y soldados (campesinos armados para la guerra) eran votados por sus pares en las fábricas, las aldeas y el ejército para deliberar y dirigir. Primero surgían como forma de coordinación y dirección de la lucha contra el zarismo. Pero Trotsky ya se había dado cuenta en 1905 que eran organismos que servían no sólo para organizar una gran lucha nacional, sino también para, luego de vencer, establecer un nuevo gobierno revolucionario de obreros y campesinos. Era un nuevo tipo de Estado, era el gobierno de la mayoría explotada, más democrático que cualquier parlamento o institución burguesa.

En 1917: el “mejor bolchevique”

En 1917 Trotsky se unió al Partido Bolchevique dirigido por Lenin. Ese año comprendió que para triunfar, los obreros y campesinos rusos necesitaban a su frente una herramienta que Trotsky hasta ese momento no había llegado a comprender hasta el final: un partido revolucionario intransigente e implacable como el bolchevique, forjado durante los 15 años previos, que había pasado por la revolución de 1905, la lucha clandestina, todas las formas posibles de lucha legal e ilegal, y se había separado de las tendencias oportunistas que surgían en el propio seno de la clase obrera y del marxismo, y que demostraron su impotencia en 1917 buscando hasta el último minuto la unidad con la burguesía liberal. Trotsky fue así junto con Lenin un dirigente indispensable de la Revolución Rusa de 1917. Organizó la insurrección de octubre, es decir, la toma del poder por parte de los Soviets. Su rol fue tan destacado que Lenin lo llamó “el mejor bolchevique”.

El héroe que defendió la revolución, el creador del Ejército Rojo

La revolución rusa de 1917 fue tan poderosa que la toma del poder por parte de los soviets aterrorizó a los capitalistas del mundo entero, por temor a que su ejemplo fuera tomado por los obreros de otros países. Su reacción fue intentar aplastar en sangre la revolución. Más de 14 ejércitos imperialistas que combatían entre sí en la Primera Guerra mundial olvidaron sus adversidades para unirse e invadir Rusia. Trotsky, aunque tenía poca experiencia militar, había sido corresponsal durante su exilio en la Primera Guerra, donde aprendió muchos aspectos de táctica y estrategia militar que incorporó  a su pensamiento marxista. Por eso se puso al frente de poner en pie un ejército que defendiera la revolución. Fundó así el Ejército Rojo de 5 millones de soldados obreros y campesinos que derrotó a los ejércitos invasores en una de las hazañas militares revolucionarias más grandes de la historia: los soldados ya no defendían los privilegios del zar y los capitalistas, sino que defendían su revolución, que había liberado de las cadenas de la opresión más infame a millones.

La burocratización del Estado soviético

Lenin y Trotsky depositaban sus esperanzas en los levantamientos que tuvieron lugar en Europa tras la Revolución Rusa, porque sabían que a pesar de los grandes avances que implicaba la revolución, el socialismo no se podía construir en una sociedad aislada y rodeada por un mundo capitalista. Menos aún, partiendo de ser un país con una gran mayoría de campesinos pobres, bajo nivel cultural, y un país devastado por cuatro años de guerra mundial y casi tres años de guerra civil en defensa de la revolución. Esas revoluciones se dieron en Europa, pero fueron derrotadas por falta de un partido como el Bolchevique. Se trataba ahora entonces de sostener el gobierno obrero en Rusia en condiciones difíciles, mientras la revolución internacional, retrasada, viniera en auxilio. Lenin murió en 1924, mientras luchaba contra los comienzos de la burocratización del Estado soviético. Una nueva casta empezaba a enquistarse en el gobierno obrero, defendiendo privilegios propios que contrastaban con la situación de millones de obreros y campesinos. Luego de la muerte de Lenin esta burocracia, con Stalin al frente, y apoyada en el aislamiento internacional de la revolución y el cansancio de las masas luego de años de lucha, tomó la dirección del Estado obrero mediante una serie de combates contra las oposiciones, como la corriente de Trotsky. Se iniciaba la reacción en todos los terrenos: el económico, el cultural, el político. En defensa de la tranquilidad de la burocracia, ya no se trataba de impulsar la revolución internacional sino de construir el “socialismo en un solo país”, cuestión que Lenin siempre había considerado imposible sin la ayuda de los países que, como Alemania, poseían lo más avanzado de la industria moderna. Una revolución aislada puede sobrevivir un tiempo, incluso décadas, por las enormes ventajas de la economía nacionalizada (expropiada a los capitalistas), pero tarde o temprano las fuerzas del capitalismo la derrotarían, a menos que la revolución se extienda. Para ello era imprescindible el internacionalismo, tarea para la cual Lenin y Trotsky habían fundado la III Internacional en 1919. Y en el plano de la política interna, la democracia soviética y la planificación socialista dejaron de ser los objetivos, y fueron suplantadas por los privilegios de la burocracia y el totalitarismo stalinista, que inundó la URSS de campos de concentración para aplastar toda oposición.

El que enfrentó al stalinismo

En esos campos de concentración murieron miles de militantes trotskistas y otros opositores, que defendieron la tradición revolucionaria y salvaron la moral del comunismo frente a la burocratización stalinista. “Irreductibles” era el nombre que los agentes de la policía secreta y los torturadores de Stalin le ponían a los trotskistas en los campos de concentración, porque no se quebraban ¡y hasta organizaban asambleas y huelgas de hambre triunfantes! Trotsky vio a todos sus hijos y miles de amigos y camaradas asesinados, pero jamás se rindió. Fusilamientos en masa, trabajo forzado, torturas, juicios de Moscú sin posibilidad de defensa, calumnias, acusaciones. Stalin arrestó y ejecutó a casi todos los bolcheviques importantes que habían participado en la revolución, y a decenas de miles de trotskistas y otras tendencias políticas opositoras al stalinismo. Para dar sólo un ejemplo, entre un tercio y la mitad de los 75000 oficiales del Ejército Rojo organizado por Trotsky fueron arrestados y ejecutados. Para 1941 sólo quedaban dos miembros vivos del Comité Central Bolchevique de 1917, uno de ellos era Stalin. El mismo Trotsky fue perseguido hasta ser asesinado en México en 1940 por un agente stalinista.

El continuador de la tradición del marxismo revolucionario, el fundador de la IV Internacional

Pero esta historia no era inevitable, como nos quieren hacer creer interesadamente los ideólogos de los capitalistas cuando nos dicen que “el socialismo fracasó” para intentar convencernos de que nos sometamos a la esclavitud de su sistema.
Para Trotsky, como dijo el artista surrealista André Breton, el mundo se transformó en un “planeta sin visado”. Expulsado de la Unión Soviética por el stalinismo, ningún gobierno capitalista de los que se hacían llamar “democráticos” le daba asilo a Trotsky. Sólo fue recibido en México. Porque así como los stalinistas, los capitalistas lo consideraban una amenaza. En un contexto de crisis económica y preparación de la Segunda Guerra Mundial, las ideas de Trotsky podían ser tomadas por millones. El embajador francés Couloundre, en una reunión con Hitler, admitió el temor de que “como consecuencia de la guerra haya un solo ganador, el señor Trotsky”.
Trotsky dedicó los últimos años de su vida a darle continuidad al marxismo revolucionario. Luchó por una revolución política en la Unión Soviética que, defendiendo la propiedad nacionalizada, derrocara a la burocracia y reimplantara la democracia soviética y la lucha por la revolución internacional que sacara a la revolución de su aislamiento. El stalinismo, usurpando el prestigio de la revolución de 1917, usaba su autoridad dirigente para influir sobre los comunistas de otros países, y así llevaba a distintas revoluciones a la derrota, como la revolución China de 1925-1927 o la revolución española que culminó en la guerra civil de 1936-1939. Pero Stalin fue, como dijo Trotsky, “el gran organizador de derrotas”. Ante cada proceso revolucionario Trotsky luchó a brazo partido por una estrategia revolucionaria correcta que permitiera triunfar, enfrentando por ejemplo la capitulación del stalinismo ante el nazismo o más tarde la política del Frente Popular, es decir, la colaboración con la burguesía republicana, que llevó a la revolución española a la derrota. Ante la degeneración stalinista, fundó la IV Internacional para darle continuidad a la tradición marxista revolucionaria. Trotsky y los trotskistas no pudieron vencer, pero mantuvieron viva la tradición revolucionaria que de otra forma hubiera quedado interrumpida. Hoy rescatar esa tradición, esa teoría, esas lecciones de estrategia, ese programa, enriquecidos por las lecciones de las siguientes décadas, tiene un valor inmenso para enfrentar los desafíos de la nueva crisis capitalista, porque sin las lecciones del pasado no podemos prepararnos para vencer. 

Lecciones para los desafíos de nuestro tiempo

La Juventud del PTS se plantea ser orgullosa heredera de estas grandes tradiciones que sentaron los trotskistas. Hoy el capitalismo vuelve a estar en una crisis histórica, y las lecciones dejadas por Trotsky se vuelven indispensables si esta vez nos proponemos vencer y cambiar la historia.
No esperamos ningún “derrumbe” automático del capitalismo, sino que nos preparamos para ser parte de los grandes acontecimientos de la lucha de clases que nos permitan derrocar el poder de la burguesía e iniciar la construcción de una nueva sociedad. Cada lucha obrera, cada proceso estudiantil, cada combate parcial, incluso en cada elección de la que participamos, como lo hemos hecho este año con el Frente de Izquierda, los encaramos desde este  objetivo. En cada lucha los revolucionarios participamos, pero no solamente por la lucha en sí misma, sino para aportar desde cada trinchera al avance del conjunto de las luchas de la clase trabajadora y el pueblo, ya que no creemos que de las luchas parciales pueda venir una salida para el conjunto de los explotados, sino de la abolición de este sistema de explotación del hombre por el hombre. Con esa perspectiva participamos en Zanon, Brukman, Kraft-Terrabusi, Jabón Federal, Mafissa, subte, ferroviarios o tantas otras luchas, incluidas las del movimiento estudiantil. O también, desarrollamos la teoría marxista desde el Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx. O somos constructores de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional junto a organizaciones hermanas de otros países, que están dando luchas (algunas de las cuales te mostramos en esta revista), interviniendo con una perspectiva revolucionaria dentro del movimiento de los indignados en el Estado Español, en las luchas del movimiento estudiantil en Chile y en Alemania, contra la militarización de la USP en Brasil, construyendo en Francia una fracción revolucionaria dentro del NPA mediante debates políticos e intervención en luchas sindicales y del movimiento estudiantil, luchando contra la represión a los TIPNIS en Bolivia, contra la militarización en México con la excusa del narcotráfico, entre algunas de las muchas e importantes luchas en las que está participando hoy nuestra corriente, en el marco de la crisis capitalista internacional.
Hoy militar en el trotskismo, y construir un partido revolucionario, se vuelve más urgente que nunca. Los tiempos se acortan. La crisis capitalista está comenzando a llegar a nuestro país y el doble discurso de Cristina se hace más evidente que nunca cuando empieza a ajustar el modelo y atacar a los sindicatos y a la acción directa. Con estos ataques, ella se prepara para descargar la crisis sobre nosotros, como lo hizo en 2008-2009 cuando dejó pasar más de 300.00 despidos y suspensiones. Pero esta vez la crisis que se viene es mucho más profunda. Como hicimos aquella vez, con grandes luchas como la de Kraft-Terrabusi, nosotros nos preparamos para resistir, y para que la crisis la paguen los capitalistas. Por eso hoy te invitamos a la lucha contra la megacausa de la Panamericana que te contamos en otras páginas de esta revista, para defender a los delegados de izquierda y del sindicalismo de base que pueden estar al frente de esas luchas, contra la burocracia sindical vendida. Tenemos un debate con compañeros y compañeras como los de La Mella o el FPDS, que no reparan en que sin fuertes direcciones clasistas y revolucionarias en los lugares estratégicos que hacen mover el país (las grandes fábricas, los transportes, los servicios), no habrá una fuerte resistencia a los planes capitalistas, ni mucho menos revolución triunfante cuando la crisis pegue fuerte y los capitalistas descarguen todo su aparato represivo legal e ilegal para derrotarnos, cuando sean ellos o nosotros. Por eso nosotros nos la jugamos en cada lucha, por eso somos el partido que tiene más procesados por luchar. En cada lucha nos jugamos a ganar, pero también a organizar a los mejores luchadores para pelear por el partido revolucionario que necesitamos para vencer. Se vienen momentos decisivos, y frente a ellos, como decía Trotsky, cada uno de nosotros tiene sobre sus espaldas una partícula de responsabilidad sobre el destino de la humanidad. Hoy eso significa militar de forma conciente, construyendo desde hoy un partido revolucionario de miles de obreros y estudiantes insertado en las principales empresas y concentraciones estudiantiles, con una estrategia para vencer. Desde la Juventud del PTS militamos por esa perspectiva. Y vos, ¿por qué no militás en el PTS? ¿Por qué no militás en el trotskismo?

1 comentario:

  1. Extraordinaria invitacion de frente a militar en una corriente independiente con programa y metodo fogueado en la historia reciente de la lucha de clases. La invitacion esta libre de doble discurso o intenciones ocultas. Plantea apoyarse en la historia y actuar de cara a la realidad en cada pais. La juventud revolucionaria no es un componente abstracto reducido a deseos y declaraciones, en nuestro pais. Es un componente vivo con luchadores y agitadores de carne y hueso que se la juegan en la calle por la union obrero-estudiantil, la educacion publica gratuita, la democracia sindical y la independencia politica. Es discurso y accion. No se deja cooptar y confia en sus propias fuerzas y recursos sin financiamientos extraños que no sean los propios que salen de sus propios salarios. Me encanto leer esta invitacion. La buena recepcion es necesaria, impostergable.

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