domingo, 12 de febrero de 2012

Vox Populi Vox Dei ( o el falso pavo de Bush)


Una maternal Cristina sonríe orgullosa y aplaude cuando Antonio dice desde Olavarría “los trabajadores queremos trabajar en paz  (…) y no que cuatro o cinco pseudo ambientalistas nos corten la ruta ”. La presidenta, en su diálogo directo y descontracturado, remata la conversación diciendo "Antonia, permitime que te diga algo, yo diría que después de lo que dijiste podríamos decir Vox Populi, Vox Dei, no? Porque no sos ningún dirigente político, sos un trabajador que defiende su fuente de trabajo ... es una lógica implacable del pueblo". El auditorio aplaude, Abal Medina respira tranquilo porque la operación salió bien y la presidenta da rienda suelta a su teoría de la libertad que tienen los trabajadores para no trabajar en condiciones insalubres (como claramente muestran los 14 mineros fallecidos en Río Turbio en 2004 ). La cámara empresaria del cemento saluda el acto en Olavarría y el diálogo con Antonio. El “peronismo de Perón”, la teoría del “buen patrón” y la “conciliación de clases” parecen vivir su mejor gala de la mano de lo que Boudou llamara interlocución directa del gobierno y los trabajadores.
Pero no.
Se apaga la cámara y aparece la realidad. Antonio (que se llama Armando Domínguez) milita hace 30 años en el PJ, fue el Presidente del PJ de Olavarría, interventor de la seccional San Juan del sindicato minero y negociador directo de los salarios mineros con la Barrick Gold, la multinacional a quien Cristina le garantizaría las condiciones necesarias para la minería a cielo abierto en la reunión del G20 de 2010.
Más allá del papelón de la puesta en escena para la TV, que recuerda al el falso pavo de Bush en la guerra de Irak , el falso Antonio es la expresión grotesca de la debilidad del Bonapartismo ( de ajuste ) fiscal de Cristina.  Debilidad en un doble sentido. A nivel económico, porque la defensa gubernamental de la minería a cielo abierto (y consecuente represión al pueblo de Ti9nogasta , horas después de la charla con Antonio) muestra la dependencia del “modelo K” de la inversión extranjera directa a costa de entrega de recursos naturales de estilo noventista. Como hemos señaladoaquí, uno de los rasgos del “modelo nacional y popular” ha sido la continuidad neoliberal de la extranjerización de la economía. A esto se suma las dificultades actuales (crisis internacional mediante y proyecciones de descenso del crecimiento económico para 2012) para sostener los superávit gemelos, niña bonita del “modelo”. Conclusión: garantías para el saqueo de las Barrick Gold y Xtrasa, tercerización de los ajustes fiscales a las provincias, que se transforman hoy en el epicentro de la resistencia a la sintonía fina y represión al pueblo que resiste la destrucción del medio ambiente. Que el gobierno quiera tercerizar también la responsabilidad la represión y pasarle esa cuenta a los gobiernos provinciales sólo puede resultar viable en el cinismo de los escribas.
Pero el falso Antonio también muestra una segunda debilidad: no hay interlocución directa entre Cristina y el pueblo. El 54% de octubre (que puede interpretarse como esa interlocución directa) no era un cheque en blanco. Si hay ajuste, hay descontento . Y este descontento se expresa de distintas manteras. En el sector de trabajadores registrados, a través del malestar que trajo los anuncios de fuertes topes salariales a cambio del mantenimiento de los niveles de ocupación. Si bien la extorsión del desempleo es una carta sentida para los trabajadores en Argentina por las heridas aún frescas del 2002, parece que es una carta menos fuerte de lo que el gobierno calculó y las amenazas de topes por debajo de la inflación ya pasada, levantaron polvareda. Si a esto se le suma el anuncio de tarifazo, el descontento por ahora silencioso, amenazaba con volverse ruidoso. Esto es lo que olió Moyano y salió al cruce verbal del gobierno (porque de plan de lucha ni hablar). Y, cuando las palabras decía que todo iba a la ruptura (renuncia de Hugo al PJ mediante), las cosas dijeron que había principio de “reconciliación”. La política gubernamental fue bajar los decibeles del enfrentamiento entre Moyano y el gobierno durante esta semana, dando una salida provisoria al conflicto de Gas Camuzzi , a lo que HUgo respondiò sentándose en la Rosada para el anuncio de Cristina sobre Malvina. La fortaleza de este principio de reconciliación se juega en la fijación de los porcentajes de topes salariales que puedan acordar entre CGT y gobierno para las paritarias ya en curso. Aún está por verse. Lo que es seguro es que la política de descompresión con Moyano es el reconocimiento implícito de que, en sintonía fina, Cristina sólo puede hablar amablemente “con el pavo de Bush”.
Pero, a diferencia de lo que sucede con los trabajadores registrados que quedan comprendidos en las negociaciones paritarias que intentará acordar la CGT con el gobierno (recordemos que, con casi 10 años de tasas chinas, en Argentina aún hay casi 40% de trabajo no registrado), en las provincias la cosa es de más difícil contención. Las arcas están en rojo por lo que los gobiernos provinciales no pueden hacer de “colchón” al descontento social con la sintonía fina. Y en este caso sí, la interlocución de la presidenta con el pueblo es directa. Ayer en Tinogasta uno de los manifestantes reprimidos gritaba, frente a las cámaras, “no somos terroristas” (en clara alusión a la Ley Antiterrorista que Eduardo Grüner analiza aquí). Otro gritaba, “Presidenta: este es el pueblo que la votó”. Estaban interpelándola directamente a Cristina. Y Cristina le respondió , también en forma directa: bales y gases fue su diálogo.
Paula Varela. 

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